Tuesday, January 03, 2006

Sobre la eucaristía

Sobre la eucaristía.
La eucaristía es un punto de reunión para compartir y celebrar una experiencia diversa según cada persona pero sobrecogedora para cada uno: la experiencia de encuentro con el Señor. No es necesario que todo el mundo diga lo que ha vivido en todo momento. Es más la experiencia de compartir junto con más gente, conocida o no conocida el hecho de que el Señor ha pasado y ha acampado entre nosotros. Sobre la necesidad de experimentar que no somos nosotros solos, sino que el Señor se ha manifestado en otros que quieren compartir y celebrar con su presencia y su devoción el regalo de haber conocido a Cristo. La experiencia de encuentro podrá ser más o menos profunda, por motivos más o menos puros, habrá gente que estará por rutina o por temor. El espíritu del que nos convoca no nos inspira criticar a los que allí se encuentran con más o menos desacierto sino de crear una atmósfera en la que ese Señor pueda acampar de nuevo. Es la experiencia de que "Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos". Es el deseo comunitario de acercarnos mutuamente al Señor.

Recuerdo una ocasión en una misa en París, en la iglesia de la Trinidad. Era una misa a las 12:00 de la mañana, para gente de alrededor que salía del trabajo y se acercaba allí. Fue una misa muy sencilla. Sin embargo me conmovió la actitud reverente y silenciosa del público no tan escaso que allí se encontraba. No sé lo que pensaban, pero todos tenían un motivo para estar allí y ese motivo oculto y desconocido me conmovía y me daba en qué pensar. Los cantos no eran maravillosos pero la mayoría de la gente cantaba (algunos como yo como podíamos). Realmente para hacer presencia de Dios no es necesario un gran sermón (aunque en ocasiones eso pueda ayudar mucho). Es más necesaria una actitud de búsqueda respetuosa de los que allí celebramos nuestro encuentro con Dios.

Sobre la preparación de la eucaristía.
Resulta difícil sin preparación poder compartir una experiencia de comunión y que esa reunión nos ayude a avanzar y a sorprendernos sobre cómo actúa el Señor en nuestra vida. Tampoco se trata de no ir si no se ha preparado. Sin embargo, cuando uno llega a misa tarde, se va un poco antes y durante la misa uno piensa en lo que hizo antes o lo que se va a hacer después, uno no ha leído las lecturas y repite la liturgia como un papagayo, resulta difícil que el Señor acampe porque no se le deja hueco. Porque uno va por rutina, por tradición sin el sentido de comunión, de compartir y celebrar un encuentro con Dios. Si este es el caso, realmente, los jóvenes o mayores que no van a misa tienen una actitud más coherente que los que siguen yendo.

La invitación a la preparación de la eucaristía consiste en disponernos a que la liturgia, las lecturas, la actitud de los que nos rodean, las palabras del sacerdote o de los que ayudan nos hablen internamente. Cuando uno va con un espíritu de crítica hacia lo que aparece en la misa (los lectores, el cura, la liturgia, los cantos, las moniciones, la homilía) es muy difícil crear un espacio para que acampe el que nos convoca, por quien venimos, por quien celebramos. Porque un mal lector se remedia cuando uno lee las lecturas antes, porque un mal canto aislado se remedia cantando uno, un sermón anticuado con una invocación al Espíritu, una liturgia rutinaria, con una profundización de cada una de sus palabras. Realmente esta es la actitud de preparación de la eucaristía.

Sobre la liturgia
Yo caí en la cuenta de la belleza de la liturgia cuando durante un año fui a misa en Gales. Allí toda la liturgia estaba en inglés y tuve que utilizar un misal para poder seguirla. Allí no pude repetir las mismas palabras como un papagayo, porque las desconocía. Cuando fui releyendo la liturgia en inglés fui cayendo por primera vez en la cuenta de las cosas que iba diciendo. Fue la experiencia de descubrir el sentido de la liturgia, lo que se decía, cómo se decía.

Sobre los cantos
Rezar cantando es rezar dos veces. La música y el canto desde el corazón potencian y engrandecen muchísimo el mensaje que se reza. El canto es un medio en el que la celebración se hace comunitaria. Cuando se unen nuestras voces (aunque no estén muy afinadas) uno percibe el sentido comunitario de forma mucho más viva. Contra voces poco afinadas, siempre existe la posibilidad de ensayar (quizá llegar un poco antes a la misa para poder hacerlo).

Sobre la dimensión comunitaria de la eucaristía.
La variedad y pluralidad de los fieles que acuden a la misa puede ser muy grande. Cada uno buscando cosas distintas, de forma diferente. Cada uno en momentos vitales diferentes. Sin embargo hay un motor o denominador común que convoca y atrae a ese colectivo: el encuentro con Dios. Un colectivo heterogéneo que va buscando a Dios, da un sentido comunitario con una fuerza inmensa. Cuando por ejemplo los fieles participan cuando se les invita (las respuestas de la liturgia, la participación en los cantos, los momentos de levantarse y sentarse, la paz, el credo, el padrenuestro, las peticiones). Las misas en el grupo de navidad, las primeras comuniones, confirmaciones y misas de fin de curso son ejemplos en los que percibo ese sentido comunitario con más intensidad. También en las misas después de los actos o en otras misas en parroquias de Madrid.

Sobre las lecturas
Las lecturas nos traen la palabra de nuestro Señor en nuestra vida. Durante años buscaba interpretaciones sobre las lecturas más o menos de carácter racional. Sin embargo, hubo un momento en el que las palabras de las lecturas comenzaron a resonar internamente en el corazón. Para que las palabras resuenen ayuda mucho haber leído las lecturas antes o tener el texto escrito delante mientras se leen. Cuando esas palabras no resuenan internamente uno no ha de preocuparse, sino tener ese deseo y pedir para que empiecen a resonar. Para mí, este es uno de los momentos más elocuentes y que más me dicen de toda la misa.

Sobre la homilía
La homilía pretende dar pautas y pistas para favorecer el encuentro con Dios a través de las lecturas, la celebración del día. La homilía (al menos como concepto inicial) pretende recoger las vivencias de toda la comunidad (no sólo del cura) y compartirlas para ayudar a la comunidad a profundizar en el encuentro con Dios. En muchos casos, la homilía es la opinión del cura en uno u otro tema con el que se puede estar o no de acuerdo. Las claves de la homilía pueden ayudar mucho a encajar correctamente el mensaje de las lecturas. Sin embargo, la homilía no es el momento más importante de la misa (para mí, las lecturas lo son mucho más).

- ¿Qué vamos buscando cuando vamos a misa?. ¿Qué esperas recibir en la misa?. ¿Qué estás dispuesto a dar?.
- Uno no puede ir a misa a aburrirse. Cuando la misa es un rollo y uno piensa que pierde el tiempo, ¿qué se puede hacer? (la opción más difundida es no ir).
- ¿Cuáles son los momentos de la misa que más te gustan?. ¿Cuáles son los momentos más importantes para ti en la misa?.
- Para aquellos que no encuentran sentido a la misa, ¿qué se puede hacer para que pueda empezar a cobrarlo? (ir a una misa que nos ayude, ir con otra gente, preparar la misa).